jueves, 1 de octubre de 2009

El amor es un centro.

-No entiendo a las personas.- dijo la pequeña gatita -Quieren tener a alguien a su lado, y cuando tienen la oportunidad, la dejan escapar... Se nota que morirían de hambre, pues no sabrían atrapar una presa.

-Hay seres que quieren tenerme en sus brazos, pero muchos no saben tratar a un gato, piensan que uno debe obedecerles y estar cuando a ellos se les dé la gana... ¡No somos máquinas!...

-Cuando nosotros amamos lo demostramos con ronroneos, frotando nuestros rostros con los suyos, maullando dulcemente, durmiendo junto a ustedes... Pero ¿es posible que amemos a todos? No, pues solo aquellos que saben como taratarnos son los que terminan ganandonos... Además, somos muy selectivos, pues no facilmente dejamos que se acerque aquellos que no nos dan una buena vibra o aquel que nos lastimó, pues nuestro instinto es la supervivencia, y no deseamos que alguien nos lastime. Las personas son rencorosas, recuerdan las cosas malas que uno hace, pero no ven lo que ellos hacen... ¡Y dicen que nosotros somos los rencorosos!.. Nosotros sabemos perdonar, y de nuevo debemos pasar por el procedimiento de reconocimiento y aceptación, pero cuando nos sentimos rechazados o no nos sentimos seguros buscamos un lugar que nos de tranquilidad.

-Las personas quieren que los animales respondan como si fueramos de su especie... ¡No podemos!, cada am¡nimal es distinto, cada especie... Creo que no solo nosotros debemos adaptarnos a ellos, ellos deben de adaptarse a nosotros también, es el dar y el recibir, el saber llegar a acuerdos.

-Las personas deberian aprender a amar... No saben demostrar cariño, dar amor, siempre desean quen el otro les dé, pero ellos son incapaces de hacerlo... Un gato sábe amar demasiado, somos demasiado cariñosos, sabemos ser exelentes amigos... El problema de las personas es que les molesta que nosotros los gatos seamos tan independientes, creen que por ello no sentimos nada hacia alguien más. En verdad no entiendo al ser humano, dicen ser racionales, pero no saben nada de la vida:no saben vivir, sentir, andar sin preocupaciones... Y si fueran tan racionales, ¿por qué les gusta dañar a otros seres vivos? ¿Por qué arrancan plantas y dejan a varias especies sin alimento y vivienda? ¿Por qué piensan que el mundo es sólo para ellos? Si eso es razonar, no quiero hacerlo jamás, pues yo sólo obtengo de la naturaleza lo que necesito, sin tomar de más, y al mismo tiempo le devuelvo lo que me dá la Madre Tierra.

-¿Qué no se dan cuenta que sin nosotros ellos no pueden existir? Todos somos parte de una misma energía, y todos debemos dar, es un círculo, por ello recibes lo que das... En verdad no entiendo a las personas.-

-Es muy cierto lo que dices.- contestó el Gran Espíritu - El amor es un centro, y gracias a ello todos existimos. Pero las personas tienen tanto miedo de amar, no saben como hacerlo, pues temen a lo que les va a pasar. Han olvidado que son parte de la Madre Tierra, han olvidado que todos somos hermanos y que nadie es superior a nadie; han olvidado amar su entorno, amar a los demás espíritus, a los demás seres, y por eso tú y todos los demás seres deben de enseñarles lo que es amar. Deben de ser pacientes, pues las personas son necias y sordas... No necesitas hablar su idioma, pues todos podemos comunicarnos, solo es cuestión de prestar atención a las voces de nuestro alrededor. No digas que no quieres tener razonamiento, pues lo tienes; y no porque las personas no sepan usarlo y se sientan superiores, tu no debas usarlo como se debe. No dejes que eso te afecte, recuerda que eres un gatita, y lo orgullosa de ser quien eres.-

La pequeña gatita y el Gran Espíritu se sonrieron, y se quedaron escuchando las voces de los alrededores, aprendiendo de lo que hablan los espíritus, mirando a la luna que se alzaba en el cielo estrellado, abrazando la rama de un ahuehuete.

Escrito por René Sokka.
Ciudad de México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario